martes, 11 de agosto de 2009

El sentido de la búsqueda...

Buscar... ¡a cuántos no he oido decir que están en búsqueda! Me parece un gran avance a comparación de muchos que no están buscando... que prefieren quedarse así, sin molestarse por ser, conocer o hacer algo más... porque en esta vida parece que siempre hay algo más... no importa que tan lejos logremos llegar... siempre descubriremos ahí algo nuevo, o tal vez, lo mismo de siempre, aunque ahora lo nuevo es nuestro pensamiento y nuestra forma de mirar... y cómo ayer en una clase escuche que la carrera no se termina acabando octavo semestre... ese es apenas el inicio....

Pero (si, el horrible y siempre presente "pero") me parece infructuoso buscar por buscar... como por tener algo que hacer... como alguna excusa por evadir la "realidad" de lo que tenemos que encontrar... y aquí está el punto en cuestión... buscar es para encontrar... porque el qe busca encuentra, al que llama se le abrirá... y al encontrar una nueva búsqueda comienza, es decir, lo que a continuación encontré por ahí...

"El Señor de los Anillos trata de una Búsqueda, pero su redacción fue también una Búsqueda, así como puede serlo su lectura. La Búsqueda es, sin lugar a dudas, una de las tres o cuatro 'estructuras profundas' utiizadas por los narradores de todo el mundo. Una Búsqueda es cualquier viaje en el que debe alcanzarse un objetivo dificil, acometerse algún desafío, pasar por alguna iniciación, ganarse o descubrirse algún objeto, lugar o persona. La razón que explica su persistente popularidad es evidente. Una Búsqueda de ese tipo da sentido a nuestra existencia. No estamos donde queremos o no somos lo que deseamos ser: para llegar allí es necesario viajar, incluso si, como G. K. Chesterton y T. S. Eliot sabían bien, viajamos sólo para regresar al punto de partida 'Y conocer el lugar por vez primera' (Little Gidding). Así pues, leemos o escuchamos al narrador para orientarnos en este viaje interior. Deseamos aprender como comportarnos para llegar adónde queremos ir. Todos sabemos, en el fondo de nuestro corazón, que nuestra vida no es simplemente en progreso mecánico de la cuna a la tumba, sino una búsqueda de algo, de un esquivo tesoro. Este objetivo final inspira nuestro trabajo y nuestro comportamiento. El narrador depende, así, de una característica de la naturaleza humana: que nuestra imaginación siempre va más allá de los límites de lo conocido y lo evidente, hacia la infinidad de lo que se desea. La Búsqueda desencadena nuestra nostalgia de un paraíso perdido, nuestro anhelo de una restauración y realización venideras."


Sobre el abismo de fuego: el heroísmo cristiano en el Silmarillion y el Señor de los Anillos.
De Stanford Caldecott, director del Centro de Fe y Cultura de Oxford.En: "J.R.R: Tolkein: Señor de la Tierra Media" Edición de Joseph Pearce. Ediciones Minotauro. Barcelona, 2001.

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